Hasta el cuello
A nadie le es ajeno el endeudamiento. Menos cuando eres freelance. Es normal porque existe la bendita costumbre de pagos diferidos para nuestros servicios cuando el resto de la vida se lleva a pago contra entrega. ¡Qué bonito mundo sería si todos nos pagaran a tiempo! ¿A poco no? Pero, no es la realidad de muchos de nosotros. Debido a la falta de continuidad en recibir dinero, a más de uno nos habrá pasado que pedimos un préstamo para cumplir con nuestros deberes financieros.
Lo normal es que endeudarnos nos cause estrés y esto sucede porque dejamos de estar en control. Comenzamos a estar supeditados a "saldar la deuda". Sí, esto hace más llevaderas ciertas situaciones, pero la realidad es que quizás entraste en esa deuda porque ya se te había salido la vida de las manos, pillín. Normalmente, solemos tener un control semiconsciente de lo que gastamos. No hacemos un presupuesto, pero sabemos más o menos lo que podemos gastar y lo que no. Esto es mucho más fácil de llevar cuando se tiene un salario constante. ¿Por qué perdemos el norte a veces? Porque como independiente, aunque tengamos algunos clientes constantes, hay veces que baja nuestro trabajo y no hay nadie que nos asegure una quincena más.
Como seres humanos tendemos hacia la continuidad, resistimos el cambio. Si estamos acostumbrados a un cierto estatus y estilo de vida cuando tenemos menos ingresos es cuando tendemos a hacer gastos innecesarios, pero que acostumbramos, ergo: DEUDA (se escucha la canción de John Cena). Cuando pasa eso, sabemos que estamos gastando de más, nos da culpa, pero para evadir tus problemas puede que compres más, la sensación de algo nuevo te solapa la culpa, porque estás logrando la continuidad, y así sucesivamente hasta que parezcas el gobierno mexicano.
Bueno ¿cómo sobrellevar la deuda? Primero tener en cuenta que es algo que conscientemente quieres cambiar y saldar. Sé que no necesitas que te recuerden todo lo que debes todo el tiempo – especialmente aquel cobrador que te habla a las 7 a.m. en domingo. Pero si cambias tu consciencia sobre el problema, ya estás un paso adelante. Pero agárrate que eso no es suficiente, porque quizás lo continúes haciendo siempre y cuando "sea manejable". Así que ahí te van los madrazos. Tienes que hacerte dos auditorías: económica y emocional.
Primero la económica: cuenta cuánto gastas y cuánto ganas mes con mes. Escribe hasta arriba el número que debes. Una vez que veas eso, vas a hacer tres categorías: urgente necesario, no urgente necesario y superfluo. Aquí te van unos ejemplos. Urgente necesario: la renta, los servicios, alimentación, transporte, el pago de la deuda, medicinas, etc. No urgente necesario: vestimenta, seguros, regalos familiares. Superfluo: Todo lo demás. La comida para llevar, las salidas, los viajes, etc. Pero todo esto no es posible si no te agarras a cachetadas y te das un baño de realidad.
Ya que estás tomando el suero de la verdad, recuerda qué sientes cada vez que haces un gasto superfluo. ¿Te sientes en poder? ¿Adrenalina? Venga, chiquis, sin miedo a quedar mal. Realmente no hay daño en aceptar esto y sí mucho beneficio. Ahora un último paso. Cuando ya no puedas más de tanta verdad pon una lista de cosas que quieras comprar para ti y para tus seres queridos. Ponles un valor monetario. Relaciona todo lo que no consigues por estar pagando esa deuda.
Como dijo un filósofo moderno "¿Ya estuvo Ferras? Ora la bebes o la derramas". Anduviste muy lion y ahora te toca enfrentarte a algo mayor que tu posibilidad económica. Pero tienes la capacidad de adaptarte (aunque no te guste). Necesitas determinación y disciplina. Piensa que deshacerte de esa deuda y cambiar tus hábitos de consumo te llevarán a cumplir otras metas, aquellas para ti y para los que quieres.
No pretendo satanizar a todas las deudas, pero sí entender la deuda impulsiva no-necesaria. Quizás te compraste un auto, o una casa. O pediste un préstamo para un negocio. Para estos tipos de deudas es importante entender nuestra capacidad de pago antes de hacerlo. Sobre todo porque tienen consecuencias a largo plazo. Revisa el impacto que tendrá sobre tus finanzas y haz la misma auditoría que mencioné anteriormente. Compárala con las otras cosas que quieres hacer y determina qué libertades te quitará esta deuda. Una vez que lo puedas hacer con honestidad (nada de trampas, mi chavx) te puedes aventar a esa deuda con calma.
Si ya estás endeudado, darte un esquema y una estrategia te va a ayudar a tomar eso con calma. Tampoco es el fin del mundo, pero si le pones atención y te das un poco de reglas, puedes recuperar la libertad que endeudarte así te quitó.
Comments